Francisco de Zurbarán fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de la Granada de Fuente de Cantos el 7 de noviembre de 1598. Fue el menor de los seis hijos.Sus padres fueron Luis de Zurbarán e Isabel Márquez.
Francisco de Zurbarán habita durante sus primeros quince años de existencia en un Fuente de Cantos, dedicados en su mayor parte a la agricultura y a la ganadería extensivas, sin descartar la importancia que pudieron tener las actividades artesanales y comerciales por su ubicación en la Ruta de la Plata. El 15 de
enero Luis(padre de Francisco)concertó con el maestro sevillano Pedro Díaz para hacer que Francisco fuera pintor.
En 1629 se traslada a Sevilla a requerimiento de su ayuntamiento. La ciudad era entonces el centro artístico, cultural y económico más importante de la península. Sus trabajos para los conventos de San Pablo el Real y la Merced Calzada le abrieron las puertas del mercado hispalense y andaluz y culminó su especialización en la factura de ciclos pictóricos monásticos, entre los que destacaron los destinados a las cartujas de las Cuevas (Sevilla) y de Nuestra Sra. de la Defensión (Jerez de la Frontera). Trabajó también en la decoración del madrileño Palacio del Buen Retiro en 1634, se le supone como el reconocimiento de “pintor del rey”, y exportó numerosas obras a América.
Fallecida su segunda esposa, en 1644 casó de nuevo con una joven viuda, Leonor de Tordera, con la que tuvo seis hijos. Fallecio con 66 años.
Su obra conecta a la perfección con la espiritualidad del siglo XVII.
